top of page

AVIVACRÓNICA

Una sed incontrolable me genero una sensación arenosa en la boca; cuando abrí los ojos y el reloj marcaba las 6 am, noté que solo había dormido 3 horas y llevaba solo un buso como pijama. Me puse en pie y caminé hacia la cocina con la gran sorpresa de encontrar dos sujetos abrazados tirados sobre el sofá. Preparé chocolate y los llamé, con la firme intención de despacharlos para poder dormir un poco más antes de ducharme y salir para el encuentro. Mis llamados fueron inútiles y ambos seres roncaban con un aliento a estiércol que me recordó la noche anterior al compás de la música y la algarabía del lugar.

Con frío, un poco soñolienta y aún con sed me bañé brevemente, me coloqué lo primero que vi en el armario y alisté mi maleta. Los sujetos en la misma posición babeaban los cojines de cuero café que tanto cuidaba mi mamá.

En un acto inesperado, mientras me cepillaba los dientes, escuche una voz ronca que me nombraba a lo lejos, era uno de los individuos que pedía indicaciones sobre cómo llegar al baño antes de vomitar en la sala; corriendo llego al lugar y sin esperar más con voz fuerte y moviendo bruscamente al otro sujeto lo desperté y le dije que nos íbamos. Cruzaron la puerta de mi casa mientras balbuceaban y se quejaban por la hora, me pedían más tiempo y algo de comida, a lo cual respondí con un portazo. Limpie la mesa auxiliar, los cojines y dejé el apartamento como “una tasita de té”.

 

Tomé mi maleta, empaqué en una botella de plástico arrugada y sin tapa toda el agua fría que estaba en el recipiente rojo de la nevera, agarré unas galletas de la alacena, un pan hojaldrado y una granadilla; empaque el celular, la cámara, la grabadora periodística, una memoria usb, el reproductor de música, algunos billetes arrugados de 5 mil y las gafas de sol. Caminé hacia la calle 13 pensativa y con algo de cansancio físico, pero con el recuerdo intacto de la noche anterior y la satisfacción de haberme reencontrado con los personajes de mi infancia. El sol era intermitente, entre las nubes grises de un domingo capitalino pero el viento refrescaba y me dejaba respirar, pensar y avanzar. Entre canciones y propagandas, llegué a mi destino; sonó el celular e identifiqué la voz de mi compañera simultáneamente a su posición espacial al otro lado de la avenida.

 

La gente comenzaba a desplazarse hacia mí y la música del interior del lugar me permitía comprender la apertura del evento. Nos encaminamos hacia la entrada principal con  expectativa  respecto a cómo sería la jornada, teniendo en cuenta lo parámetros de la clase y la información que había leído horas antes mientras bebía una taza chocolate sobre mi cama.

Ingresamos al lugar e instantáneamente detecté que para la hora eran más las personas de protocolo y seguridad que los mismos creyentes; con mirada sospechosa y creo – si no me falla la memoria y el instinto- que sentían la presencia de personas diferentes, tal vez por nuestra forma de vestir, caminar, observar o gesticular; sin saber realmente cuál fue el motivo un señor se nos acercó y amablemente pero con mirada penetrante nos preguntó si veníamos con el grupo y señaló hacia un costado de la universidad.

Asentimos con la cabeza sin pensar que para ellos éramos unos intrusos con intenciones expiatorias y de juzgamiento; caminando y observando las pantallas, luces, sonido, avisos de orientación, la librería, el call center, un aviso al fondo con luces de neón y los creyentes escuchando y alabando la palabra de Señor, terminamos en la zona de “personas extraviadas” con demás compañeros de la universidad; el saludo fraternal entre nosotros evidenció a los “AviPolice” que todos asistíamos con un mismo fin, el cual no era precisamente el de vincularnos a su religión y mandato.

 

Fue por lo mismo que cuando lograron reunirnos a todos como ganado en un establo, nos sacaron y de manera directa y contundente, dijeron que no podíamos entrar a tomar fotos, ni mucho menos hacer entrevistas. Yo que estaba atrás y no lograba escuchar muy bien ni tampoco ver a la persona que hablaba me guiaba por las expresiones de los otros compañeros que hacían preguntas y manifestaban sus inquietudes. No sé en qué momento comenzaron a mostrar el protocolo del profesor a la persona del avivamiento que estaba rodeada de los estudiantes como en una rueda de prensa o tal vez como cuando una persona sale a dar declaraciones de un acto que es vulnerado pero que se transforma en un discurso de agresión para los asistentes.

La problemática ya estaba y yo no tenía intenciones de discutir ni mucho menos irme, reía un poco de la situación y analizaba cómo las personas de seguridad desde el interior y algunos sobre la cera nos miraba minuciosamente. Yo que me sentía como en un campo de concentración decidí salir por completo de aquel lugar y caminar hacia la esquina más cercana donde minutos antes me había encontrado con mi compañera.

 

Lejos de mis compañeros y con un aroma a caldo de costilla reposado que me envolvía, fijé la mirada en el puesto de comidas y la familia que cuchareaba con tanta energía que me hizo sentir agotada; entonces, recordé que las fotos también eran del entorno del avivamiento y fotografié los libros, dvd’s, las camisetas estampadas, las gorras, los cuadros, los relojes, las postales y un joven de aspecto andrajoso que vendía minutos. Volví a mirar a la familia que rápidamente se levantaba de la mesa plastica con mantel de cuadros la cual se dirigía al interior del templo.

 

Mi compañera llegó y le conté de las fotos , ella sacó algunas y le dije que entraría de nuevo pero esta vez con postura de reflexión y dispuesta a quedarme hasta el final; ella, un poco indecisa me siguió y efectivamente ésta vez nadie nos detuvo, pasamos desapercibidas y observamos desde un costado la prédica. Grabé algunos fragmentos e identifiqué a las personas de protocolo y seguridad, como quien vigila a su enemigo para no ser descubierto. y comprendí que el miedo había pasado y ellos estaban concentrados en el evento; los asistentes al lugar levantaban los brazos y contestaban “¡Aleluya!” cada vez que el pastor decía “¡Dios está contigo... Él todo lo puede!”, me causo curiosidad descubrir tanta alegría y devoción pero fue aún más cuando el padre invitó a que se acercaran todos aquellos enfermos de migraña, vértigo, dolor de cadera, inflamación en los riñones, útero y demás.

 

La gente iluminada por aquellas palabras que parecían ser agua para el sediento, se acercaron rapidamente a la tarima del lugar, otras tuvieron que ser cargadas hasta el punto de encuentro con el pastor y unas pocas se lamentaban a medida que se reunían con el resto de "enfermos" ; yo un poco asustada permanecía sentada con al cámara en las piernas lista para capturar cualquier acto drámatico o de espectaculo. La seguridad se reunió muy cerca de donde yo estaba así que se sent´´ia sofocada y el humos de las personas que esperaban la sanación me generaron claustrofobía por lo cual debimos movernos de ese lugar.

 

Las sanaciones fueron realizadas, las personas en el suelo con pequeñas mantas blancas esperabana la señal del pastor y los ayudantes para levantarse, mientras que otros convulsionaban o se arrodillaban llorando con tanta fuerza que me impactaba y generaba algo de escosor tanto "show". Las personas que al igual que yo se encontraban en las sillas azules de plastico, realizaban oraciones, suplicaban, y con la biblia en la mano repasaban algunos versiculos con los ojos cerrados. Los niños público al cual miraba constantemente se recreaban con las accciones de los adultos, jugaban con los sobres de las ofrendas y algunos más inquietos observaban de cerca a aquellos que estaban en el suelo revolcandose.

Entonces recorde la película de los simpson donde el Abuelo realizaba la misma acción en la iglesia de Sprinfield, diciendo cosas incoherentes y finalmente envuelto en la alfombra del lugar para ser sacado del lugar; cuando reaccione estaba riendo en voz baja y mi compañera me miraba preguntado que sucedía a lo cual yo hice un gesto de negación y confirmé diciendo "nada".

 

Al cabo de unos 15 minutos, las personas regresaron a sus lugares con el rostro despejado, como recien bañados, convencidos de su sanación o tal vez de que habían realizado una buena dramatización. Los que habian sido cargadaos hasta la tarima, regresaron a no sé donde arrastrados por el personal de logística y los niños caminaron entre el tumulto hasta sus sillas donde los padres los esperaban con mirada acusadora y desafiante.

 

La prédica entonces habia terminado, era el momento de los testimonios y fue hasta ese momento que le presté atención a todo el evento, cuando escuchaba los testimonios me sentía como en un concurso de tv y me deje arrullar por los "milagros" y demás acontecimientos que narraban las personas que estaban en la tarima; mi compañera me despertó minutos después el cansancio de la rumba del día anterior me estaba pasando la cuenta de cobro y al compás del avivacoro me despedí de ella y abandoné el lugar.

 

Entrevistas y fragmentos de la prédica

Aviva TV

  • ¿Qué funciones del lenguaje se aplican a esta transmisión?

 

La función descriptiva se evidencia en las partes en las que el pastor analiza algunos fragmentos de la biblia y describe de forma gráfica la situación que le antecede dándole un sentido teórico al texto.

 

La función directiva se da en casi todo el discurso porque el pastor habla de lo que Dios hace por cada una de las personas y sustenta porque es necesario que lo reciban y se arrepientan y se entreguen a él para obtener la vida eterna.

 

La función expresiva es la que más se aplica durante la prédica, pues  el pastor interpreta las situaciones de manera casi qeu dramática , permitiendo así a los creyentes apropiarse e las situaciones y comprender las acciones de los personajes bíblicos y las situaciones que plantea Dios a los humanos para su desarrollo y crecimiento; las metáforas que utiliza para concientizar a los asistentes al evento la importancia de regisrse a las santas escrituras para poder llegar y vivir según la gloria de Dios.

 

 

  • ¿Qué diferencias ve usted entre la Transmisión y la asistencia al ritual en persona?

 

 

La transmisión por televisión permite estar en la comodidad de casa, la prédica se escucha definida y la imagen es de buena calidad, permite (en internet) adelantar y atrasar partes del programa para poder repetir momentos de la ceremonia o pausarala para detallar ciertos aspectos.

 

  • ¿Qué reacciones tuvo en su familia después o durante la actividad?

 

Mi familia estaba al tanto de que debía hacer la actividad, por lo mismo mi madre me despertó para que empezara a ver el programa; mi hermana mayor se burló un poco respeto a mi trabajo (es escéptica y desconoce del tema) y mi sobrino le causó gracia ver a la gente cantando y alabando. Mi hermana menor, sintió curiosidad y comenzó hacer preguntas respecto al tema.

 

En general fue una actividad que luego se comentó en el desayuno y concluyó como un ejercicio académico que dejó una enseñanza y nuevo conocimiento respecto a este tipo de religión.



 

  • ¿Cuáles son las diferencias en términos de "transmisión de conocimiento" en vivo y en el programa?

 

El conocimiento es el mismo y la forma en cómo se transmite igual , lo que cambia la experiencia y la forma en que se recibe tal conocimiento es que en vivo la reflexión que este personaje hace de la palabra del Señor es más sensitiva, él camina, toca a las personas, transmite su fe e invita  los enfermos o personas con dificultades que se contagien y crean que el poder de Dios está con ellos en ese lugar, que solo la fé permitirá que todo aquello que se desea ocurra. Es por eso que la transmisión es más directa en vivo, teniendo en cuenta también que las actitudes y aptitudes de las personas son una combinación absolutamente perfecta del mensaje que se quiere enviar a quien va como espectador (mi posición)

 

Mediante el programa de televisión la transmisión del conocimiento y mensaje no es tan emocional y sensorial, permite realizar un análisis más semiótico que determina ciertos parámetros en la prédica; por ejemplo, la repetición de frases alusivas a Dios, al poder que él tiene y la importancia de la vida religiosa como camino de seguridad y sanación para el ser humano, conforman el mensaje principal del discurso. Los cantos, son confirmaciones de la fuerza y el amor que se tiene a Dios para lograr las cosas.

 

  • ¿Qué es mejor en la transmisión que la asistencia en persona?

 

 

La principal diferencia que se detecta desde que inicia el programa en tv (en mi caso a través de la página web con emisión en vivo) con la asistencia en persona al lugar, es la energía que se maneja en el interior del avivamiento, la disposición de escucha y reflexión frente a lo que dice el pastor se contagia y hace que uno como espectador respete aún más dicho ritual. Por televisión la captación no es igual, las tomas que realizan llegan hacer más de espectáculo y belleza; no se logra conectar e interpretar igual. La facilidad de distraerse con otros aspectos de la página mientras carga la prédica no transmite de la misma manera la información.

 

Mapa Conceptual: Argumentación y lógica 

 

 

FOLLOW ME

  • Facebook Classic
  • Instagram Social Icon
  • Flickr Social Icon
  • Twitter Classic
  • c-youtube

© 2023 by Enya Nathaly Baez. Proudly created with Wix.com

bottom of page